"En este mundo traidor | nada es verdad ni mentira | todo es según el color | del cristal con que se mira". Ramón de Campoamor.
Las noticias van, vienen, se quedan, se comentan, se desaparecen y vuelven a ir, venir, quedarse, comentarse y desaparecerse, pero no sabemos cual es su realidad si no estamos inmersos en ellas, si no vivimos en ese lugar, si no estamos como observadores pasivos o elementos activos en dichas noticias y las situaciones que nos informan los noticiarios y periódicos sobre los eventos que ocurren en otros lugares que están más allá de nuestro alcance visual y auditivo geográfico como la situación en Venezuela y su actual presidente Nicolás Maduro, Ucrania y sus relaciones con la Federación de Rusia de Vladimir Putin, México y sus problemas con los carteles de las drogas, Estados Unidos con su política interna en todos los ámbitos.
Ramón de Campoamor no andaba tan perdido con "todo es según el color del cristal con que se mira", ya que aún los periodistas que reportan dichas noticias que se encuentran en el lugar en que ocurren los hechos tienen diferentes "colores de cristales" dependiendo de a qué tipo de medio pertenecen, ahora imaginen los periodistas analistas (en donde me incluyo por no tener nada que hacer), que estamos a cientos de kilómetros de los eventos y basamos nuestras apreciaciones de lo que filtramos de los diversos medios que transmiten las noticias. Cáspita, dirían mis cuatro lectores y una seguidora, que te pierdes en un revoltijo de palabras sin sentido.
En el caso del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y la crisis socio-política que está sufriendo esa nación, existen dos vertientes, los que están a favor del presidente y los que están en contra (recórcholis), los de izquierda y los de derecha, los pobres y los ricos, que en cualquiera de estos casos no sabemos quiénes son cuáles. Necesitaríamos estar vivendo en ese país, haber nacido, crecido y educado allá para poder tener una posición a favor o en contra de cualquiera de los actores de los eventos que están ocurriendo, y aún así tendríamos problemas de decidir.
Las protestas contra el presidente venezolano y su gobierno por parte de un grupo a quien no quisiera llamar "la oposición" porque en cualquier momento ese grupo puede tomar el control del gobierno y entonces los derrocados serían la oposición, parecen ser por la repartición justa de los recursos económicos de la nación, aunque tampoco estoy seguro de eso ya que es lo que informan los medios. Lo único que me molesta en ocasiones es el hecho de que en algunas partes del mundo de habla hispana, (México, España, y otros países) personas que ni siquiera son de origen venezolano apoyan a una de las partes en conflicto, unos a Maduro y otros a "la oposición". Creo que la situación debe solucionarse internamente, aunque se ve bastante difícil, y no forzar a que otros "metan su cuchara" y ocurra algo parecido a la República de Chile y Salvador Allende en 1973.
Mientras ocurren las pláticas entre el presidente Maduro y "la oposición" allá en Venezuela, en Crimea, que formó parte de Ucrania, los soldados del ejercito de la Federación de Rusia siguen controlando ese pedazo de tierra que había pertenecido a la antigua Unión Soviética hasta que Nikita Khrushchev la pasó al control de Ucrania, también Estado soviético de la época. Ahora si que este asunto cambia de color y se pone peor que hormiga, ya que los países mencionados hablan otro idioma que muy pocos entienden, sin olvidar que es una cultura totalmente diferente a la nuestra (dícese de los que hablamos español y sus derivados). Y aún así andan varios ilusos queriendo comentar sobre esa noticia.
Y sobre México, qué podemos decir. Los carteles de las drogas se han estado apaciguando después de que la Marina Armada de México y el Ejército Mexicano los han puesto a trabajar en todas partes, solamente escuchamos que hubo unos muertitos por un lado que después resultan que fueron traficantes de bajo nivel, o que encontraron un narco-tunel México-Estados Unidos por donde pasan los cargamentos de todo, marihuana, crack, coca, inmigrantes; también escuchamos el discurso político de todos los tiempos ya sea del presidente Peña Nieto, o sus secretarios de gobernación y otros sectores, los diputados y senadores, incluso de los jueces de la Suprema Corte que antes trabajaban muy calladitos y sin hacer ruido ni moverse para salir en la foto.
Amado Nervo describió nuestro país muy bien en su poema México, creo en ti, de donde esto forma parte...
México, creo en ti,
Sin preocuparme el oro de tu entraña;
Es bastante la vida de tu barro
Que refresca lo claro de las aguas,
En el jarro que llora por los poros,
La opresión de la carne de tu raza.
(Se asoma uno lector perdido en el monitor y dice: ¿y qué hay acerca de Estados Unidos?) El caso de la política interna de Estados Unidos, es un caso único de lucha libre en tres caídas sin límite de tiempo (o por lo menos ocho años de la administración del presidente Barack Obama, de los cuales ya quedan poco más de tres años) en este encuentro de lucha vemos en una esquina a los republicanos, en la otra a los demócratas y en una tercera esquina, los del Tea Party que son los terceros en discordia, unos tratando de borrar de un plumazo la Ley de Salud que promovió Obama, otros tratando de pasar una ley de inmigración congruente con las necesidades del país y otros tratando de evitar una ley de inmigración (aunque mientras tanto deportando cientos de miles de inmigrantes, poco más de dos millones en la administración de Obama), y ... cáspita es agotador.
Salutem,
Ray P.
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